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En una extensa meseta de 1.200 m.s.n.m. por encima del valle de Lobatera se halla el sitio tranquilo y conservador, fundado por casi 40 familias lideradas por un sacerdote quien después de una semana al ocurrir el devastador terremoto del 26 de febrero de 1849 decidió abandonar las ruinas, y empezó a levantar otro sitio en el lugar de Sabana Grande. De esta manera, se origina Michelena,  pueblo sencillo pero acogedor rodeado de montañas que se elevan a varios subpáramos del estado Táchira. Para descubrir el municipio Michelena se deben recorrer sus 10 aldeas, las cuales se encuentran distribuidas en distintos tramos de carretera. Partiendo desde San Cristóbal,  la ruta irá con destino hacia la zona norte, y para evitar confusiones, lo mejor será partir desde Lobatera, dejando atrás las minas y el valle que lo rodea.

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Al abandonar el sector Lobatera Parte Alta con destino a la vieja carretera San Cristóbal – La Fría se pasarán tan solo 4 km para llegar a la entrada del pueblo. Por el canal izquierdo, se logra ver la plaza Andrés Bello con su urbanización; mientras que, por el canal derecho, se aprecia con los brazos extendidos hacia el frente el pequeño colosal del General Marcos Pérez Jiménez realizado por Byron Paz, dando la bienvenida a Michelena.

Desde esta pequeña redoma se puede tomar desvío a la derecha para iniciar la ruta al «corredor turístico de las rosas» hacia el Páramo El Zumbador, pero antes es necesario seguir al frente para indicar algunos sitios de interés; por lo que, rápidamente al seguir en la avenida principal de casi 1 km de extensión se pueden distinguir algunos comercios, como la Farmacia Divino Niño, el Supermercado Chino, o tiendas de repuestos mecánicos; restaurantes como, Tostadas «Mi Abuela», Hamburguesas «Vitamina», o Pollos en Brasas «La Avenida»;  sin olvidar sitios para hospedaje y recreación, como el Hotel «Tahali», y la Discoteca «El Escondite».

En los alrededores, con cruce a la izquierda en la carrera 7, varios conjuntos residenciales se avecinan como la urbanización Santos Michelena, donde se encuentra una placa con el busto escultórico de José de los Santos de Michelena y Rojas Queipo, indicándose la fecha de fundación del poblado (04 de marzo de 1849) y el origen de su nombre. El cuento de los borrachitos con su “véndame miche, Elena” es solo una cacofonía.

Continuando en la avenida Marcos Pérez Jiménez, tal vez el lugar más importante sea la EFOTEC (Escuela de Formación de Oficiales Técnicos «Cnel. (F) Aniceto Cubillán Jaimes»), pues varios estudiantes vienen de otros lugares incluso fuera del estado Táchira para iniciar su formación en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Ya casi al finalizar la avenida se consigue a la izquierda la entrada al viejo camino La Honda, y más adelante el cementerio municipal junto a la Estación de Servicio «Don Tulio». Desde allí dos recorridos se pueden empezar: (I) San Juan de Colón, municipio Ayacucho o (II) el centro histórico de Michelena.

Al tomar la ruta (I) se consigue el Hotel «Los Clemones» en donde se puede preguntar por la Pizzería «Montaña Andina». Entre las curvas aparece el sector Capellanía, y siguiendo después la entrada al sector Angostura, en donde permanece la cauchera «Tres Palmas». Entre los atractivos naturales se menciona «El Chorrerón» a 1 Km del Hotel «Los Claveles» en el sector Quebraditos. Por esta parte de la ruta también se detallan pequeños asentamientos rurales destinados al trabajo agrícola en la (1) aldea La Carbonera y el sector La Jabonosa. Al pasar por esta zona tupida de bosque de casi 8 km se debe tomar precaución para evitar accidentes de tránsito, por culpa de conductores alcoholizados; o sustos de noche como la comentada cola de La Carbonera.

Ya casi llegando a la entrada de Colón se localiza el Punto de Control Fijo «La Jabonosa». Desde ahí, se puede (a) ir a San Pedro del Río o (b) continuar a Colón. En caso de la primera opción (a), se podrá observar a tan solo 10 minutos pequeños jardines de rosas rojas en un tramo del viejo camino hasta llegar al pueblo turístico. En caso de haberse escogido la segunda opción (b) se continúa hacia el municipio Ayacucho, siendo otra ruta con historia.

De regreso a la E/S «Don Tulio», arranca la (II) dirección para el casco de Michelena. Por curiosidad, en el cementerio municipal se ubica la imagen del Santo Cristo de la Agonía, donado por la familia colombiana Sarmiento. Igualmente, destacan dos esculturas historicistas: el monumento funerario a Juan Severo Pérez Bustamante, padre de Marcos Evangelista Pérez Jiménez; y el monumento funerario a Luis Eduardo Rivas Pérez, estudiante del Colegio «Doña Adela Jiménez de Pérez», quien murió al ser atropellado accidentalmente, lo cual fue un suceso muy lamentable para el pueblo. Por el cementerio, se relata sobre el encadenado de Michelena.

Tomando la avenida Cero, se puede recorrer el pueblo bajando por la calle 7, llegando de nuevo a la avenida Marcos Pérez Jiménez se consigue la Casa de la Cultura «Don Vicente Becerra Peréz», creada por Francisco Arnulfo Pavón el 14 de febrero de 1984. En este centro cultural Leonardo Vivas, mejor conocido como «Leo Cultura» se dedicó varios años a la enseñanza del baile con zancos. Ya estando en la perimetral su puede tratar de subir por la calle 1 o la calle 3 para conectar con la carrera 3; y así llegar a la plaza Bolívar de Michelena, pequeño parque con la estatua de Simón Bolívar puesta en 1976, y que tiene como atractivo varias iguanas refugiadas entre sus árboles y arbustos medianos.

4 - Iglesia - Municipio Michelena

Este templo fue construido en honor a San Juan de Nepomuceno por los párrocos: Pbro. Jose Lucio Becerra (1918 – 1924), Mons. Raúl Méndez Moncada (1946 – 1951), Pbro. Delfín Medina (1951 – 1959). Fue bendecido por Mons. Alejandro Fernández Feo en 1963. Arquitectos: Carmelo Vielma (Torres) y Jesús Manrique (iglesia). El Gral. Marcos Pérez Jiménez prestó una gran colaboración para terminarlo.

Con un botellita de miche hacia el páramo de Michelena

Alrededor de esta plaza que se empezó a construir en 1949 permanecen algunas edificaciones: la casa de la alcaldía de Michelena, la cual tiene pintada en los muros algunos personajes populares; la prefectura de Michelena, fundada en 1942; y la iglesia, con su patrono San Juan Nepomuceno. En la fachada principal del templo se consigue el busto escultórico donado por Diques y Astilleros Nacionales (1949) en homenaje al Mons. José Amando Pérez, fundador y benefactor de Michelena, quien además inició la Cofradía del Santísimo Sacramento del Altar en 1858, la cual tuvo como presidenta a Teresa García por casi 10 años.

José Armando Pérez (8 de febrero de 1812 – 31 de agosto de 18875). Sus restos se encuentran en la iglesia de Michelena desde el 17 de octubre de 1981.

Continuando en la carrera 3, con calle 7 y 8, se ubica el viejo cine del pueblo, algunos comercios se recuerdan como la Bodega «Hipólita» con los objetos coleccionados por Pedro Jesús Ramírez, y permanece cuidado el Museo Casa Natal de Marcos Pérez Jiménez. Esta estructura conserva la pila bautismal usada por el presbítero Pérez; así como un pedazo de madera del «Gran Ferrocarril del Táchira». La casa museo también es sede de la Sociedad Bolivariana, siendo José Amador González uno de los primeros fundadores. De regreso, por la misma carrera, al voltear por la calle 3, en el sector San Rita, se ubica la Unidad Educativa Nacional «Camilo Prada» en donde se ha comentado sobre ruidos extraños junto a varios relatos de espantos. Cerca de allí, están guardados algunos artefactos antiguos en la casa de Iván Zambrano.

En las cercanías se consigue la Biblioteca Pública de Michelena, al lado del tránsito terrestre.  Cabe destacar que la edificación sede de la biblioteca se construyó en 1949; de manera que, allí se han establecido otras viejas instituciones como la Gota de Leche, albergue de niños prematuros (1958); el Club Deportivo, para los más jóvenes del pueblo (1968); y la Escuela No. 5 «Daniel Rivas Moreno» (1971). Si se desea pasar más tiempo en el centro, la Posada Turística «El Tejar» puede ser opción para estadía cerca de la carrera 5. Se conoce a la señora Marlene Zambrano como la administradora del establecimiento.

Antes de abandonar el pueblo otros sitios pueden visitarse como la antigua casa del comandante Luis Medina Jaimes, en Santa Rita parte baja; o el mercado municipal de Michelena que desde el 23 de octubre de 1971 varios agricultores se acercan para ofrecer sus cosechas. De igual manera, se puede preguntar por los objetos coleccionados por Fabio Márquez, o de Pablo Emilio Barrientos, en el sector Los Guamos; la azueja y otras herramientas artesanales para carpintería, de Filadelfo Chacón; las colecciones antiguas de la docente y escritora Cirenia Casanova Medina; los discos de vinilo («Astuto Vendedor», de Ramiro Ortiz; «Tras los muros», de los hermanos Días) y estampillas de Ricardo Gómez.

Desde la plaza Bolívar se puede tomar el bus con el aviso “Páramo”. En caso de no depender de transporte, se debe buscar la vía al páramo de Michelena por la carrera 2 pasando por el campo deportivo y cerca del parque El Avión que conserva una de las primeras naves de la Aviación Militar Venezolana, la cual fue piloteada por Luis Medina Jaime.

En el «Corazón del Táchira», en mi patria Venezuela se encuentra esta población que se llama Michelena. Cuenta con sus diez aldeas. La gente toda es amena, El Uvito, Monte Grande, Machado, La Carbonera, Platanales, El Molino, Las Quebradas no se quedan. Vegones, Hornos y Loros, y con muchachas muy Bellas. Agustín Arellano.

Al abandonar el pueblo, comienza la carretera en ascenso. Se consigue a la derecha una diminuta laguna, y luego a una posada. Aunque, para el recorrido completo, la vía a la izquierda es la recomendable a seguir. Subiendo entonces vía al páramo de Michelena aparece el amplio taller galpón de «Carrocerías Michelena», después por una curva se ve el viejo Club «El Rincón de Los Orishas». Más arriba, aparece el sector El Peñon, a la izquierda se puede conocer «La Granja», e incluso existe la posibilidad de llegar al sector El Alto en las cercanías del cerro Machado, y casi para llegar más arriba a la (2) aldea Los Vegones, donde hay otra pequeña laguna.

De regreso en la curva de «El Peñón» de vez en cuando se consigue abierto el Restaurant «Freddy» y la Posada Turística «Montaña Alta», allí se muestran los viejos objetos de Rufo Rosales. Muy cerca además, está la Bodega «La Tienda», y el Restaurante «Mata de Café». La vegetación casi de bosque húmedo es señal del paso por la (3) aldea Machado en donde se puede preguntar por la colección de utensilios de Próspero Florentino. De importancia, Machado se divide en dos:

(-) El sector Machado Abajo, posible lugar de conexión con El Platanal y la (4) aldea El Uvito. Al pasar la entrada de Machado Abajo se puede apreciar «la Piedra Rota» encontrada en 1945 por Juan Bautista Tapias.

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(-) El sector Machado Arriba, donde se localiza la entrada a la Hacienda de los Pellizzari, «un castillo en los andes venezolanos» con más de 20 años; La vieja sede de Posada «La Estancia de Bolívar», propiedad de Julio Bolívar Sevillano; los Pasteles Mana Aura; y la Bodega «Brisas del Páramo». Quienes deseen tener una excelente vista panorámica de paisajes distantes, estando en la bodega se puede preguntar por «la Piedra Grande» casi escondida en los helechos pero reconocible por su planicie arenosa.

Luego, se consigue con el caserío La Jalapa hasta llegar al sector La Curva de la (5) aldea Los Hornos. Desde allí se puede bajar al sector Tabor en los alrededores de Los Barrancos llegando luego al Santuario Diocesano Santo Cristo de Tabor (1895), otra obra del presbítero Pérez Arellano, por el sector Tribiños. El descenso puede continuar hasta la aldea Zaragoza del municipio Lobatera; sin embargo, para efectos de ruta se continuará subiendo pasando por la Bodega «Mary Yulilda». Al girar por la curva se podrá visualizar un pequeño mural pintado por Gabriel Arcángel Morales Escalante en homenaje a los niños trabajadores en el campo agrícola.

Desde la curva a la derecha se puede tomar un atajo pasando la Loma de la Bolsa hasta Angaraveca, el cual no se tomará, pues al seguir en la carretera principal, a pocos metros, se levanta la iglesia y otras casas adornadas con varios materos y jarrones. Cabe señalar, que en Los Hornos nació Gervasio Contreras Guerra, autor del libro «Perfiles de Michelena».

Continuando, cerca de La Travesía, una pequeña escultura a la izquierda avisa de lo que fue la Galería «La Esencia del Arte» del escultor Byron Paz Quintero, quien desfiguró un viejo busto de Andrés Bello para luego transformarlo en el rostro de Ilich Ramírez Sánchez, «El Chacal de Michelena». Más arriba, cubierto de neblina la mayoría de las veces, se consigue con su calle principal de piedra el sector de Boca de Monte, rincón casi oculto de paso obligatorio en el páramo. En la zona, a los más viejitos se le podrá preguntar sobre “el pozo encantado de Boca de Monte”, según el cual fue refugio de una gran serpiente de agua.

En el lugar se encuentra también el templo religioso, y pequeños merenderos. Por otra parte, desde Boca de Monte se puede ir a «La Enfadosa» y al cerro Blanquizal, montaña cercana a la (6) aldea Los Loros y sus caseríos como Torneadero. Retomando la vía principal, se consigue la entrada al cerro El Picacho del páramo Angaraveca a casi 2.780 m.s.n.m.m, allí se encuentra la capilla de San Isidro y un par de antenas repetidoras.

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En la carretera principal que atraviesa el valle de Angaraveca se podrá encontrar con personas amables y serviciales, quizás por esta zona sean oriundos Ramón Ramírez, curandero; Josefina Quintero, partera; y Primitivo Arellano, sobandero. Acerca de los atuendos tradicionales, tal vez la mujeres no vistan con faldón, camisa manga larga, delantal, y pañueleta para el cabello; ni los hombres con su muda de trabajo, ruana, sombrero de paja y botas de caucho; sin embargo, la gentileza y humildad aún se aprecia. De los lugares populares se conoce el «rancho de Trina», o la «taguara del tuminico». En este caserío son pocas las construcciones viales, solamente el puente levantado en 1972 de importancia para los lugareños que viven cerca de la quebrada Angaraveca.

Saliendo del valle se pasa por algunas casas de campo como el «Jardín Los Cachimbos», la Finca «Don Baltazar», o la Finca «Hermes Cegarra». Al desaparecer las viviendas y al encontrarse plantaciones de mora silvestre se reconoce la llegada a la cima de casi 2.600 m.s.n.m en el páramo Almorzadero, desde esta zona se puede hacer cruce para conocer una parte de la ruta itineraria del «zumbador trail»: pasando por al lado del cementerio de mascotas, en dirección a la (7) aldea Monte Grande finalizando en Casa del Padre «José Francisco de la Estrella», el hito limítrofe cuatro municipios.

Sin realizar el cruce se tendrá la mejor vista de la carretera trasandina, al pasar por las antenas de comunicación, conocidas como “las antenas del páramo El Zumbador” o “las antenas de Angaraveca”. Por el camino se consigue la pequeña capilla de Sofía Guerrero Chacón (11-09-1875; 11-04-1895). En seguida, a la izquierda se contempla el valle de Venegara. Finalmente, el recorrido termina en El Zumbador con su parador turístico. Desde esta zona se puede ir a Cordero – Táriba, Queniquea – San José de Bolíavr, o El Cobre – La Grita.

Allá en los campos floridos hay horizontes de espera; donde agarro una libreta, me pongo a escribir en ella la historia de esta ciudad, sus mitos y sus leyendas. Agustín Arellano.

Para recordar, de los personajes populares del municipio Michelena se menciona al melódico andariego, Eusebio Arellano Medina; el cuidador de la plaza bolívar, José Roberto Roa Sánchez; o a «Calderín» con su “ni se supo”. A parte de estos tres personajes, como muestra de la creación individual, del talento humano, y del buen servicio brindado al pueblo se mencionan a Matilde Ramona Calderas Castro, catequista; a Filadelfo Apolinar Chacón, carpintero y cultor popular; a Saúl Antonio Ramírez Ramírez, agricultor y músico; y al cronista Amable Tapias, conocido como «el Profesor Amable». De igual forma se mencionan a las tejedoras, Yolanda Escalante, María Antonia Cárdenas, y Thelma Lourdes Casanova; a las cocineras, Elfa María Ramírez Castro, y Carmenza Jiménez Pallares; y al señor Robinson Arfilio Sandoval Colmenares, artesano tallador de roca y madera.

En cuanto a la música típica puede decirse que se ha podido escuchar gracias a la Orquesta Juvenil e infantil de Michelena, la cual ha estado dirigida por el profesor Guillermo José Moreno. Igualmente, algunos artistas continúan al ritmo del vals o bambuco como Próspero Florentino Rosales Medina. Aunado al asunto, y conformada por varios músicos, no se pasa por alto la fundación musical más antigua: Banda municipal de Michelena, que desde el  2 de abril de 1877 ha representado al poblado en varios escenarios. De esta banda se puede recordar a Delfín Rosales. También, se le hace reconocimiento a la Fundación Cultural Matices con sus actividades infantiles (baile de zancos, obra de títeres, poemas, y canciones).

A pesar que Michelena a veces no se frecuenta por estar en la vieja carretera que va a la zona norte del estado Táchira, existen varios atractivos naturales escondidos y resguardados en los caminos que conducen a las montañas. Quizás en el recorrido de algunas quebradas [quebrada La Jalapa, quebrada El Salado, quebrada Lobatera] el agua se estanca para formar pequeños pozos de gran utilidad para los aldeanos. Mientras, otros sitios remotos se enclavan en la montaña como la (8) aldea El Molino, la (9) aldea Platanales, o la (10) aldea Las Quebradas. Michelena no es solo lugar para el miche y la parranda de moteros o carros en caravana, pues también se puede ir a descansar y contemplar paisajes de carretera.

Retrato Viajero en MichelenaRETRATO VIAJERO

Febrero, 2018. Galería Estancia del Arte.